martes, 2 de noviembre de 2010

DESARROLLLO INFANTIL Y IPHONE

No
dejes que tu iPhone se convierta en juguete infantil

En tiempos en que millones de adultos, jóvenes y niños viven rodeados por pantallas—la de la tele, la de la laptop, la del celular, la de la compu, la de los video juegos portátiles—parece ser que ahora uno de los juguetes favoritos de los peques es, ¡click-click!, la multifacética pantalla del iPhone.
Esta nueva práctica infantil (jugar con el iPhone de papá o mamá) es el tema de
un extenso artículo publicado recientemente en The New York Times. Movidos por la necesidad de que el niño coopere, sea cuando se hace tarde para llegar al daycare; o cuando los adultos desean un momento libre para conversar o cuando mamá quiere hacer la compra sin riesgo de rabietas infantiles de por medio, hay padres que le “prestan” su iPhone al pequeño, de modo que el revolucionario teléfono ahora seduce no sólo a adultos sino también al “usuario” infantil.

Paola Cairo es una periodista que nació y creció en el Perú. Actualmente vive en Texas con su familia. Para conocerla más visita su blog
Con Ojos de Mamá.

Si éste es tu caso, es importante que tengas en cuenta que una vez que el niño descubre las múltiples funciones del iPhone y adopta el hábito de usarlo, puede ser todo un reto lograr que rompa con la costumbre de “jugar” con él.
Según el artículo del diario americano, se trata de un fenómeno que está causando preocupación entre algunos expertos en desarrollo infantil . Y vale anotar que ya se venden numerosos apps “educacionales” dirigidos a niños en edad pre-escolar.
A aquellos expertos no les falta razón. Está demostrado que en sus primeros años los niños aprenden sobre sí, sobre los otros y sobre el mundo que los rodea, no tanto a partir de lo que ven o escuchan a través de una pantalla, sino, esencialmente, a partir de la interacción con las personas y con el entorno en el que crecen.
Los niños aprenden a partir de la exploración de objetos, del intercambio de palabras y de las negociaciones con sus contemporáneos, del manejo de frustraciones, de los descubrimientos guiados por sus padres o maestros, de la experiencia multisensorial, entre otras tantas circunstancias que promueven la conexión con la vida real más que con contenidos virtuales.
Pensemos, por ejemplo, en el desarrollo de la capacidad para leer y comprender historias. ¿Qué te parece más estimulante para tu niño?

1) Una media hora de lectura contigo, sea en casa o en la biblioteca pública, plena de cuentos leídos y comentados, y un tipo de interacción que apunta a sembrar la atención necesaria para la futura habilidad de leer (entonación, anécdotas, cercanía física, la experiencia de tocar el libro, preguntas y respuestas, recuerdos, etc).

2) Una hora frente a la pantalla de tu iPhone, durante la cual el niño explora en solitario y con la yema de los dedos un app “educacional” sazonado con flash cards.

La respuesta cae por su propio peso y, ojalá, nos haga reflexionar cada vez más a los padres –porque todos en algún momento encendemos alguna pantalla, sea la de la tele o la del iPhone, para entretener al pequeño-- en cuanto a los riesgos del uso abusivo (o excesivamente temprano) de la tecnología en la vida de un niño.
Más que estar a favor o en contra de un aparato específico, la clave es informarnos sobre cómo promover un uso inteligente de estos medios de comunicación y de la tecnología digital en casa.
Considerando que casi a diario surge algún invento con pantalla incorporada, se trata de un tipo de inteligencia que tenemos que sembrar incluso antes de que el niño empiece a hablar.
Edad, contenidos apropiados, supervisión adulta, criterios adecuados de tiempo, hábitos de dormir, son todos factores que debes tener en cuenta antes de “prestarle” automáticamente al niño tu iPhone o comprarle lo último en videojuegos. Habla con el pediatra, con la maestra, con otros padres, investiga y, sobretodo, reflexiona sobre cuáles son los hábitos más sanos de uso tecnológico para tu familia.
La respuesta no llegará con la rapidez de un “click”. Pero si haces un esfuerzo honesto por definir pautas responsables para el uso de estos medios tecnológicos en casa, verás cómo ningún “click” entorpecerá el desarrollo intelectual y emocional de tu pequeño.

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